Y ni que lo niegue nadie carajo. Hoy que veníamos del centro, el viejo combo y yo, después de zamparnos un par de pastelitos de pollo con gaseosa nos dispusimos a coger el propio colectivo. Como yo iba para mi casa, el rolín me dijo:" eche isa, mejor cogemos el bus de Coochofal, yo me bajo en mi casa y tu te sigues derecho hasta la tuya." Le dije que si, todo bien.
Yo pensé que los manes de Coochofal ya habían aprendido a conducir, la verdad que si. En una época tan moderna y una "culturización" del pueblo a punta de reggeaton y care'perro en la radio, uno cree que los que manejan servicio público ya saben conducir. En fin, tomamos el bus en cuestión y apenas nos vamos a acomodar para dar los otros 200 pesos que nos hacían falta, pega el malparido un halón que nos mandó de culo pa'la banca de atrás. Me quedé mirando a rolo y nos dijimos que quizás era un mal arranque, pero que va, el man era un badulaque.
En pleno centro de Barranquilla, quien conoce a ese bellaco le recuerda a Hong Kong, el mancito este de chofer nos sacó en unos 30 segundos, en los que casi mata a un vendedor de agua, dos carretilleros, casi parte un retrovisor y raya un chevrolito, increíble! Cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos montados en una carrera entre vehículos sobre la calle 38 que está vuelta monda. Saltábamos como potros y el carajito (porque era un pelao el hijuemadre) tenía como que un magneto en la defensa porque cada vez que iba a reventar a otro carro no lo golpeaba por centímetros. No se como le hacen, yo para sacar una bicicleta de la sala tropiezo de toda vaina ¬_¬'
Cuando tomamos La Vía Cordialidad (léase la vía de la muerte) tratábamos de llevar alguna conversación pero el instinto de supervivencia no nos dejaba concentrarnos en nada, solo en sacar conclusiones de donde quedaría el reguero de cadáveres, a quien le tocaría la portada del diario Al Día y hasta cual sería el titular. En tanto que pensábamos eso, nos sacó de concentración el hecho de que arrecostó el bus a unos árboles y casi le saca los ojos a los que estaban del otro lado. Yo la verdad, estaba que me tiraba de ese hijueputa y cogía otro, pero el rolo me dijo que sano, que todo bien. El vale se bajó y seguí solo en mi travesía.
Me tocaba el tramo más escarpado y lleno de huecos, unos a otros nos mirábamos como saltábamos de las sillas y yo, con un pudincito que rolo le mandó a Elena, el discman y el maletín dando vueltas pa'todos lados... la madre que estaba que tiraba el malparido pudín por la ventana! Tomamos La Vía Circunvalar y ahí si, ¡velocidad pura mijo! ¡Que Schummy ni que Raikkonen ni que culo! ¡Rompió la barrera del sonido esta bestia! ¡El aire que entraba por la ventanilla me llenaba los cachetes y no me dejaba ni ver.
Al final del cuento, se aquietó al llegar al último "tiempo" y quejarse con el man que lo registraba porque nosequiencito lo tenía "agonizando". Sabrá el putas que era eso en la jerga de este peculiar gremio, lo cierto era que le había bajado toda la velocidad y ahora manejaba como un marica en chancletas... en fin, llegué vivo gracias a Dios, pero eso si, con unas ganas infinitas de andar a pie por siempre.
martes, 27 de enero de 2009
::: Ni La Williams, ni La Renault, ni La Ferrari: ¡La Coochofal si que es la verga!
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3 comentarios:
La proxima vez colocas en tu discman simphony of destruction y coges la ruta nueva de loma fresca, la que se mete por 7 de abril, eso mi llave eso si es extremo, pura adrenalina al 100 x 100.
ya viste viejo isa, esos paseos no se dan todos los dias, un viaje extremo por toda la ciudad con travesias propias de una ciudad de hierro, y todo por solo $1.300... que viva colombia hpta!!!!!!!!!!
para que complete el cuento del transporte le falta un cuento en taxi...
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