Para ninguno es secreto la revolución que supuso en la década pasada el nacimiento de los microblogs. Si, todas estas redes sociales que pasaron del ir ofreciendo más letras y caracteres a más imágenes y menos cabeza. Facebook, Twitter, Tumblr, Pinterest, Instagram, demuestran que la gente, aunque quiere sobre compartir todo, no se afana en querer transmitir ideas con sus propias palabras y menos escritas.
Al crecimiento exponencial de esas redes sumemos los nuevos smartphones después de la aparición del iPhone. Aquellos que tratábamos de mantener ocupada la mente de los amigos cercanos con este tipo de páginas rápidas nos vimos desplazados por la instantaneidad y portabilidad que supone la combinación de las redes sociales, las tablets y además de estos teléfonos modernos. Y siempre tengamos presente el hecho de que si nadie escucha en estos tiempos, mucho menos lee.
Por eso, en un homenaje a esos internautas que aún pasan por este blog, muchas veces por error, les dedicó esta entrada funeraria y huérfana, que en su anonimato por la falta de fotos o vídeos seguramente permanecerá cándida durante muchísimo tiempo, hasta que alguno destape la botella de este mensaje naufragante en la enormidad de la web y lo lea. Quienes ven mis redes sociales, que en todas estoy por supuesto, no se imaginarán lo que me gusta escribir. Pero los tiempos cambian y así las maneras. Lo que no soporta el cambio y se resiste a admitirlo está condenado al olvido. Un saludo buggers.
